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Hay personas de las que podrías enamorarte si te dejas llevar tan solo un instante; personas que arrasan tus miedos y tus inseguridades y que a la vez, te provocan la constante sensación de poder perderlas; personas que llenan tu mundo de nuevos colores que no sabías ni que existían y que pintan, contigo o sin ti, la esperanza, un silencio o lo efímero… porque son personas capaces de cosas imposibles.

Esas personas a menudo llegan a tu vida de forma poco convencional e inesperada. También suelen irse del mismo modo. Igual te escriben un mensaje a las 5:20 de la mañana diciéndote que te echan de menos que mandándote el texto en el que han estado trabajando. Son personas que nunca duermen porque, ya descansarán cuando sean viejos. O eso dicen ellos, pero la realidad es que estas personas no envejecen nunca. Se mantienen vivos a través de las cosas que crean, a través de la gente que tocan, dejando una huella imborrable en un mundo que es mejor solo porque ellos existen para moverlo.

Cuando tienes la suerte de conocer a una de estas personas, tienes que tener la mente fría. No solo porque te enamoren y arrasen con todo, sino porque también sufren. Son personas que establecen conexiones más complejas de lo habitual contigo y son más vulnerables a los fragmentos de esa red que se va tejiendo entre ambos. Hay que cuidarlos, permitir que se expandan y contraigan, darles espacio y dejar que se acerquen. Es una tensión de opuestos constante.

No son muchos, quizá 1/10000, pero tienden a juntarse; sus amigos o parejas puede que sean o hayan sido también de ese tipo de personas. Es probable, incluso, que tú también lo seas. Sin embargo, parte del miedo es darte cuenta un día de que en lugar de complementaros o potenciaros, estás frenándole. Créeme, si eso pasa, no estareis ya juntos. Son como el pájaro que tienes encerrado en la jaula, el día que abras la puerta, saldrá volando.

Hay muy pocas probabilidades en la vida de que conozcas a una de estas personas, pero cuando te ocurra, cuando se cruce contigo, te hable, te escuche, haga kilómetros para verte o sentirte… ten cuidado, mantén la calma y ten una cosa clara: si no te mata, te hará más fuerte.